Obstetricia/Ecografía 4D
Obstetricia
CONSULTA PRECONCEPCIONAL
La atención preconcepcional consiste en una consulta médica con el objetivo de promover la salud de la mujer y de su futura descendencia. Se basa en la evaluación del riesgo reproductivo y en las acciones emprendidas en función de los riesgos y enfermedades descubiertas. Se recomienda realizarla dentro del año que precede al comienzo del embarazo.
Evaluación del riesgo pregestacional: se lleva a cabo obteniendo información sobre los antecedentes médicos, personales, reproductivos, familiares, hábitos sociales y exposiciones ambientales.
Pruebas de laboratorio a evaluar por el especialista: Hemoglobina, hematocrito, grupo sanguíneo y Rh, glucemia, proteinuria, citología, pruebas serológicas.
CONTROL DE EMBARAZOS
Es necesario realizar controles médicos prenatales durante el tiempo de gestación. Tienen como objetivo el seguimiento de la evolución del embarazo y el asesoramiento de la gestante para conseguir la mayor salud posible para la madre y el feto. La frecuencia de las consultas sucesivas depende de las necesidades individuales de cada mujer y los factores de riesgo asociados.
Durante todo el proceso el especialista asesorará a la paciente en lo que concierne a su embarazo, parto y cuidado postparto señalándole las distintas formas de mejorar la salud.
Analíticas: Se realizan tres extracciones sanguíneas a lo largo de la gestación, una por cada trimestre. En cada una de ellas se realizarán análisis que podrán descartar ciertos problemas en el embarazo.
En el primer trimestre
Hemograma completo, grupo sanguíneo y Rh, test de Coombs indirecto si procede, LUES, VIH y VHC, sedimento urinario y urocultivo, test de O’Sullivan si procede.
En el segundo trimestre
(extracción entre las 24-28 semanas gestacionales): hemograma completo, sedimento urinario y urocultivo, test de O’Sullivan, test de Coombs indirecto si procede.
En el tercer trimestre
(extracción entre las 32-36 semanas gestacionales): hemograma completo, pruebas de coagulación, sedimento urinario y urocultivo, toma de exudado vaginal y rectal para descartar el streptococo B.
ECOGRAFÍA
El número y frecuencia de las ecografías vienen determinadas por las características de cada mujer y cada embarazo. Sin embargo, esta prueba se considera imprescindible en la semana 12, semana 20 y entre la semana 32 – 34.
Es recomendable realizar una ecografía inicial para comprobar que la implantación del feto se ha realizado correctamente. Se debe realizar una vez cumplida la semana 6 de embarazo. En esa misma cita se puede observar el saco, la vesícula vitelina, el embrión y el latido cardiaco. Además, nos ayuda a determinar el día que se produjo la gestación y calcular, de forma aproximada, la fecha de parto.
Otra ecografía importante que puede recomendar el obstetra es la de la semana 9-10. En esta se pueden observar los primeros movimientos fetales. Es importante saber que una vez superada estas semanas el riesgo de aborto disminuye.
En la ecografía de la semana 12-13 de gestación se realiza la medida de la translucencia nucal, que junto los datos de la analítica realizada durante el primer trimestre y otros datos de la madre nos dará los resultados del cribado que calcula el riesgo de las principales cromosomopatías (trisomía 21, 13 y 18).
Conforme avanza el embarazo, se realizan diversas ecografías para comprobar el buen desarrollo del mismo, con mediciones del feto (biometría), situación y características de la placenta y posición fetal.
DIAGNÓSTICO PRENATAL
Cribado del primer trimestre: No se trata de una prueba diagnóstica. Es una estimación matemática que calcula el riesgo que tiene el feto de padecer alteraciones cromosómicas. Por un lado, se realiza la medición en sangre materna de dos parámetros bioquímicos. Los datos obtenidos se asocian a los resultados ecográficos de la translucencia nucal. Al unir estos parámetros proporcionan un índice de riesgo. De este modo, ante la estimación de un riesgo elevado, la embarazada podrá sopesar, considerando riesgos y beneficios, si desea someterse a otra prueba, esta vez sí diagnóstica, la amniocentesis.
Ecografía morfológica: esta ecografía se realiza en la semana 20 de gestación. Es importante para detectar gestaciones con riesgo aumentado de cromosomopatías y para diagnosticar malformaciones fetales mayores y menores. Si tras esta prueba existe un riesgo elevado de cromosomopatías se oferta al paciente la amniocentesis. Se trata de un test prenatal no invasivo.
Amniocentesis: es una prueba invasiva que se realiza generalmente a partir de las 15 semanas de gestación. Consiste en la obtención de 15-20 cc de líquido amniótico a través de la punción y aspiración transabdominal de la cavidad amniótica. A partir de esta muestra se analizan los cromosomas implicados de manera más frecuente en las alteraciones cromosómicas de los recién nacidos.
Biopsia corial: es un método diagnóstico prenatal que consiste en la obtención y posterior estudio genético de vellosidades coriales. Se debe realizar entre las semanas 10 y 14 de embarazo y en ningún caso antes de las 10 semanas.
Test prenatal no invasivo: es un test genético de cribado que detecta las anomalías cromosómicas más frecuentes en el embarazo a través del estudio del ADN libre del feto presente en la sangre materna. Se puede realizar a partir de la décima semana de gestación (10 semanas + 0 días). Es apta para embarazos obtenidos por reproducción asistida, incluyendo FIV con donación de gametos y también se puede realizar en el caso de gestaciones gemelares. Esta prueba siempre debe ser explicada por un médico especialista.
Test genético preimplantacional (PGT): detecta y previene la transmisión de enfermedades graves causadas por alteraciones genéticas y cromosómicas en los embriones, antes de su transferencia al útero. De este modo, se previene la transmisión de enfermedades hereditarias graves a la descendencia. Existen diferentes tipos de Test Genético Preimplantacional:
TGP-A o Test Genético Preimplantacional de Aneuploidías: nos informa de si el número de cromosomas de un embrión es correcto. La enfermedad cromosómica más conocida es el síndrome de Down. Las siguientes anomalías podrían tener relevancia clínica al estar asociadas a pérdidas gestacionales y anomalías fetales.
TGP-M o Test Genético Preimplantacional Molecular: Este estudio se realiza en pacientes con una enfermedad hereditaria (en la pareja o en su familia), o en pacientes con un test de compatibilidad coincidente para la misma enfermedad a fin de evitar transmitirla a sus hijos. Habitualmente, se trata de enfermedades hereditarias monogénicas como el Síndrome X-frágil, la enfermedad de Huntington, la distrofia muscular, entre otras. Este diagnóstico debe realizarse dentro de un tratamiento de reproducción asistida a partir del análisis del ADN de cada embrión, identificando los sanos y transfiriéndolo al útero materno una vez que se ha descartado la enfermedad estudiada. Es importante saber que, previamente a realizar un TPG-M es necesario tener conocimiento de la enfermedad o gen mutado, por lo que se deben tener estudios genéticos previos.
Ecografía 4-D
No tiene ningún valor diagnóstico, pero nos permite tener una imagen en movimiento de nuestro hijo antes de nacer. Gracias a la aplicación de las nuevas tecnologías a la obstetricia es posible la visualización del feto en 3D, lo cual, nos permite conseguir imágenes de gran calidad y realismo. Además, podemos ver imágenes del feto a tiempo real para observar sus movimientos y disfrutar de las expresiones de su cara, etc…