Teléfono +34 966 09 16 66

Cuando decides ser madre

Nuestra historia es como la de muchas parejas actuales que deciden afrontar la paternidad. Hace cuatro años pensamos que había llegado el momento y que realmente estábamos preparados para ser padres. Después de haberlo intentado durante un año y siempre pensado que a nosotros no nos iba a pasar, que la infertilidad no era cosa nuestra, nos dimos cuenta de que necesitábamos ayuda. Acudí a mi ginecóloga en la Clínica InVitam, ella nos recomendó una serie de pruebas para poder saber cuál era la causa que nos impedía ser padres. A pesar de nuestra edad, en torno a los 35, llevábamos una vida sana y sin muchos excesos. Desafortunadamente la edad es uno de los factores más importantes a la hora de ser madre y cada vez estoy más convencida de que retrasar este momento ha sido una decisión poco acertada.

En nuestro caso, el problema lo tenía yo, ni tenía la cantidad ni la calidad ovocitaria para ser madre de forma natural, necesitaba ayuda. Afrontar esto cuando realmente te sientes preparada para ser madre se hace un poco cuesta arriba. Al principio me rebelé un poco, no me lo podía creer, nunca pensé que me podía pasar a mí pero tomé la decisión de que este problema no me iba a superar. De algún modo, te sientes responsable y no sabes bien por qué… Lo importante es cómo afrontes todo el proceso, tienes que ser valiente y decidir que esto no debe superarte. La gente te dirá que no te preocupes y que en el momento en el que te relajes todo fluirá pero yo no estoy muy segura de eso, me gusta ser pragmática, y creo en el poder de la ciencia.

Tras varias inseminaciones sin éxito con las que seguimos el protocolo normal de medicación que me proporcionaban en la clínica con las dosis precargadas, (sin darte cuenta te ves pinchándote en la tripa sin ningún miedo) mi ginecóloga decidió que debíamos dar un paso más, era el momento de afrontar una Fecundación In Vitro. Tras explicarnos detalladamente cómo iba a ser el proceso, retomamos la medicación que, en mi caso, hubo que prolongar un poco ya que mis ovocitos necesitaban madurar para estar preparados para la fecundación. A los pocos días, y tras haber extraído con éxito los ovocitos, nos citaron en la clínica InVitam, era el día y de verdad, lo fue.

Ahora estoy embarazada de 30 semanas de una niña preciosa y sana. Todo lo que vivimos durante aquel tiempo lo sentimos como muy lejano pero no es así, aún me emociono al recordar aquellos días que no fueron nada fáciles. Cuando llevas tanto tiempo intentándolo cada vez que tienes que dar un paso más te cuesta menos si tu pareja te apoya durante todo el proceso, ese debe ser tu pilar más importante. En un problema de infertilidad como éste es la mujer la que lleva toda la carga y, en mi caso, me sentí muy débil de voluntad en varias ocasiones. Por esta razón es tan importante sentirte apoyada por tu pareja y depositar toda tu confianza en las personas que te van a ayudar a conseguir tu objetivo.

Nosotros confiamos en el equipo de la Clínica In Vitam que se convirtió en mi apoyo en muchas ocasiones, todos me animaron a continuar, incluso, cuando ya casi no podía más, cuando ya casi pensaba que nunca podría ser madre. Por esta razón y porque son personas cercanas, entienden tu situación y sentimientos os recomiendo que si tenéis que afrontar un proceso como el mío os acerquéis a InVitam. Ellos os comprenderán y os ayudarán a conseguir vuestro objetivo que es ser PADRES.

CONTACTO

Podemos ayudarte

En InVitam entendemos la reproducción asistida como el cuidado de cada paciente como si fuera único. Nnuestra alta tasa de éxito se debe en gran medida a un equipo multidisciplinar que está comprometido con la investigación continuada y con la calidad de procesos de fertilidad.